martes, 23 de marzo de 2010

... Who cares?

Y pensé que era... el escape, el final del túnel.
Y sentí que me iba, lejos de tus brazos informes.
Creí que lo lograría, pensé que podría llegar a ese halo brillante que me sosegaba, paciendo los pastos tiernos de la paz.

Cuando bebí de sus aguas, de esas que caían por las paredes mohosas, creí notar vida. Me sentí viva por un minuto.

Pero los minutos de dios no son los minutos míos.
Y resultó ser que con el frenesí estival de nuestra tierra, no sólo se rompieron cacharros, ni se fueron vidas con el agua; resultó que terminó de resquebrajar lo que llevaba de ajuar interno.
Mis pilchas quedaron todas revueltas, pero mi cerebro les ganaba en desorden y confusión.

Resultó ser que todo lo que vi al final del túnel, fue producto de mi imaginación. Nunca estuve viva, ni nunca a nadie le importó. Ni siquiera a mí.

Y ahora me sigo meciendo en la inquietud de mis noches ahogadas.